viernes, noviembre 30, 2007

El mundo no es una pelota antiestrés


Los peces gordos como Trump se piensan que el mundo gira alrededor de ellos. Se levantan por las mañanas y ya tienen a alguien que mata por servirle, dispone de todos los lujos deseables. Sin poder evitarlo, me imagino a Donald Trump envuelto en un albornoz de la mejor calidad que se pueda desear, oliendo a rosas después de una ducha bitérmica aromática y tomando el mejor café del mundo frente a un gran ventanal con una vista impresionante mientras que su mayordomo le lee la prensa “¿Puedes volver a repetirme eso último Jeffrey?”.

Los peces gordos como Trump, digo, piensan que el mundo es suyo, que lo hacen girar entre sus dedos mientras su chófer le lleva al despacho, espachurrándolo con su mano como si fuera una de esas pelotitas anti-estrés. Sienten y creen que son imparables, que son dioses, que pueden comprar a quien quieran, que todo lo que desean puede conseguirse con esos billetes de colores. Están tan acostumbrados al aroma del dinero…

Pero a veces, sólo a veces, se consigue parar ese huracán, esa máquina de hacer más y más dinero, ambiciosa, ignorante de la realidad social, de la realidad humana.

Érase una vez un hombre que tenía un pequeño terreno junto a un lago. Su vida era sencilla pero deliciosa. Vivía en una casita construida hacía ya muchos años en la que se sentía feliz junto a su esposa y sus hijos. Cada mañana se levantaba e iba a pescar y vivía de lo que le arrebataba noblemente a la naturaleza. Pero un día le ofrecieron 522.000 euros por su terreno. Él valoró: mi vida, que me encanta, o la pasta. Y la pasta perdió. Todavía queda gente que ama las cosas sencillas, las cosas pequeñas. Todavía hay gente a la que el dinero no le puede. Eso es lo que nos hace falta.

Lo mejor es que éste pescador le ha ganado la batalla a Donald Trump que quería construir en esa zona un macrocomplejo de golf que albergara campeonatos, casas para golfistas y un hotel de cinco estrellas. Y el multimillonario todavía se permite insultar al pescador, mostrando toda la insensibilidad que conlleva ser tan cabrón. Jódete Trump.

martes, noviembre 27, 2007

Abuso de poder o cómo aprovecharte aun más de lo que te beneficias

Que no quede ninguna duda: Elisa Beni ha escrito su libro por amor a la verdad. Y ese es el único motor que ha movido sus neuronas, correteando por las teclas del ordenador. Por supuesto, estoy siendo irónica. Que no quede ninguna duda: Elisa Beni se ha aprovechado de su posición, de ser mujer de quien es, para sacar el libro que ha publicado, tan sólo un mes después de la sentencia que ha marcado los últimos tiempos de esta España convulsa que no se sabe muy bien hacia donde va. No sólo ha aprovechado que su marido es un personaje público en el que están posadas todas las miradas desde hace meses, sino que se beneficia de la coyuntura, su acercamiento a esta fuente para sacar el libro antes de que se pase todo esto del 11 M y no dé los beneficios esperados.

Ni siquiera es un libro de investigación, sino que se centra en la figura de su marido como juez al que le ha tocado un asunto peliagudo y difícil. No seré yo quien le quite el mérito a ese hombre que, desde luego lo tiene, sólo por no decir lo que muchos quieren escuchar y seguir sus propias creencias (ni comparto ni dejo de compartir, simplemente ha hecho lo que él creía que debía hacer y eso, en principio y mientras no se demuestre lo contrario, es digno de alabanza). Pero es un libro sobre una persona, al fin y al cabo, aunque por lo visto también trata cosas que no se vieron en el juicio, por lo que Bermúdez se las contó a su mujer. Algo muy poco profesional, desde mi punto de vista. Está claro quien es su fuente durante todo el libro, porque la crítica es precisamente esa: es su única fuente, ergo no es periodismo, ergo no es periodismo de investigación.
Además, las víctimas se quejan, se han visto perjudicadas, y a los demás magistrados no les ha parecido profesional la actitud de Bermúdez.

A ver si mi novio se dedica también a algo gordo y me dedico a sacar libros de su trabajo teniéndole como única fuente…me iban a salir como churros.

Sobre todo porque el periodismo NUNCA PUEDE BASARSE EN UNA SOLA VOZ. Viva el trabajo de campo, el contraste de información, la confirmación, la corroboración, la veracidad, la exactitud…
ACTUALIZACIÓN
Al día siguiente se conoce la noticia de que Beni montó una editorial en pleno proceso del 11-M, lo cual entra en conflicto con su puesto de funcionaria como directora de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Me remito a lo dicho con anterioridad.

sábado, noviembre 17, 2007

Cuestión de minutos o el lío del Chad



Quizá sea ponerse muy quisquillosa, pero el hecho es, al menos, curioso. Vayámos a ello: el lío del Chad. La tripulación de aquel avión contratado por la ONG francesa "El Arca de Zoé". Naturalmente, lío diplomático, a ver quién diantres se mete en la boca del lobo para sacar a estos señores y señoras. Que si salen, que si no salen. Que el abogado dice que puede que hoy y luego que seguramente hoy no (así yo también hago predicciones, no te fune) y todos de los nervios (sobre todo la tripulación en un país donde la ley, por decirlo de una manera delicada, va a capricho).

El día 9 de este mes se esperaba a que salieran. Pero las reacciones de los dos grandes digitales (no diré quién no le llega ni a la suela de los zapatos a quien, pero se entiende) eran muy diferentes. Los titulares lo dicen todo por sí mismos:

12.11 h.

El Mundo: "Los españoles presos en Chad no serán puestos hoy en libertad"
El País: "El juez firma la liberación de los tres españoles en Chad"

12.46h.
El Mundo: "El avión de Benardino tiene problemas para aterrizar en Chad"

12.57 h.

El País:"Liberados los tres españoles detenidos la semana pasada en Chad"

13.14 h.
El Mundo:
"El abogado afirma que los tres españoles ya están en libertad"

...Un poco de lío, ¿no? Aunque supongo que tiene bastante que ver con las fuentes (El País vs. El Mundo) es un hecho curioso, ya que al menos los primeros titulares son bastante contradictorios.

Sólo quería compartir este hecho anecdótico.