Sin lugar a dudas, estamos asistiendo a la monopolización de la cultura por parte de una serie de autores y editores que piensan que el que quiere culturizarse tiene que pagarlo. Ni la barra libre ni la tiranía de la pasta. Yo recuerdo haberme gastado cantidades ingentes de dinero por un CD que al cabo de los meses se ralla. Y ahora...lástima que no pueda llegarse a una solución intermedia. Ya se están sentando a la mesa las diferentes entidades que negociarán el impacto del canon digital en los precios y a qué aparatos afectará. Abróchense los cinturones porque los van a tener que apretar si quieren continuar disfrutando del privilegio de acceder a la cultura en un par de clicks.
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