Rosa Díez habla en su blog en la web de Basta Ya acerca del diálogo con ETA (portal en el que también aparece en primer lugar la respuesta de esta organización a las últimas declaraciones del presidente sobre el tema). Ayer Zapatero anunció a un semanario alemán que en este mes de septiembre se iniciarían los primeros contactos con la banda terrorista ETA, y esto ha propiciado un movimiento de opiniones. La eurodiputada socialista hace una clara diferenciación entre derrotar a ETA y el fin dialogado de la banda. Si no hay un reconocimiento del terror, de que ha sido una matanza injusta, de que se han coartado los derechos del resto de vascos que no tenían el mismo pensamiento, de poco sirve. En sus propias palabras:
No es lo mismo derrotar a ETA que el final dialogado de ETA. Un hipotético final dialogado con ETA nunca conllevaría la deslegitimación absoluta de la banda. Es evidente que la banda terrorista nunca "convendrá" con la democracia que toda su historia fue un horror; que todos sus actos son imperdonables; que no hubo causa para el crimen y para el dolor que provocan; que asesinaron en democracia a ciudadanos inocentes; que todas las víctimas son inocentes; que todos los verdugos son culpables. Y es imprescindible que se produzca esa deslegitimación radical del terror si queremos expulsar definitivamente a ETA de nuestras vidas. Por eso digo que no es lo mismo el final dialogado que la derrota de ETA.
Otra de las reflexiones interesantes de Rosa Díez se centra en la palabra "diálogo". A mí siempre me ha parecido curioso al menos, como ante esa palabra la gente cae rendida. Suena pacificador: diálogo. Hablemos, hablemos:
Vivimos tiempos en los que las palabras se utilizan para enmascarar las realidades. Diálogo es la palabra talismán(...) Pues en eso parece que estamos: en pervertir el lenguaje para poder así pervertir la política. Nada más "inocente" que hablar de diálogo; pero nada más perverso que pensar que todo se puede resolver en base al diálogo.
En realidad, parece que ZP esté diciendo que nos vamos a bajar los pantalones. En realidad, todo esto viene porque Otegi le ha dado un toque a ZP. Un futuro incierto nos espera. Parece una frase de una película, pero lo más triste es que es la realidad.
Lo más triste, sin lugar a dudas, es que una nación no pueda estar de acuerdo con el fin de la violencia, que periodistas y políticos utilicen este tema para fomentar el debate crispado, con el único objetivo de derrocar al adversario, sin pensar en llegar a una serie de puntos comunes. La unión hace la fuerza, pero España no quiere saber nada de eso. Nos hemos hecho cómodos, nos hemos "afiliado" a las ideas de un periodista estrella o de un partido político y todo lo que salga por sus bocas nos parecerá correcto. El problema es que la gente (generalmente) no sabe que puede formarse una opinión propia e independiente si quiere. Pero bastante tiene cada cual con llegar a fin de mes, o al menos eso parece que es lo que piensan los españoles cuando dejan que todo pase sin más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario