domingo, mayo 06, 2007

El ciberdisidente (Nuevas reflexiones sobre periodismo digital III)

La ciberdisidencia significa que como tú dices lo que quieres en la red alguien te persigue. En realidad es así de sencillo lo único es que lo que tú quieres decir es que deben respetarse los derechos humanos, debe existir la democracia, no debe haber atropello a las libertades individuales y sociales, etc; y lo único es que ese alguien que te persigue suele responder al perfil de pieza bien engrasada o correa de transmisión de un régimen dictatorial.

Sobre este tema habló en las III Jornadas de Periodismo Digital Alessandro Oppes, miembro vocal de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en España. El periodista italiano dio la voz de alerta: este año el balance de RSF es especialmente grave: ya han muerto con el calendario de 2007 puesto en la pared casi 30 periodistas por defender la libertad de expresión. Y no sólo eso, sino que 2006 ha sido el peor año, estadísticamente hablando, desde 1.994 (clave en el conflicto de Ruanda). En la guerra de Irak han muerto ya 150 periodistas, más que en toda la guerra de Vietnam.

RSF se dedica a intentar mejorar esta situación y paliar sus efectos. Por ello tienen un seguro de vida para los corresponsales de guerra, ayudan a las familias de periodistas encarcelados, etc.

Volviendo a la ciberdisidencia, según Oppes, Internet da voz a gente que probablemente nunca la ha tenido, lo cual supone una amenaza grave para los países dictatoriales. Un ejemplo es Zeng Jinyan, que ha entrado en la lista del TIMES de las 100 personas más influyentes del mundo (y por cierto, Bush ya no está). Esta mujer, de 23 años, es una gran activista pro derechos humanos en su país, que mantiene su blog (si no sabes chino no te molestes en hacer click) gracias a la ayuda de amigos en el extranjero. En este espacio de la web denuncia la lamentable situación de este país en el que Google permitió que el Gobierno chino limitase el poder del buscador más popular a cambio de pillar a unos cuantos millones de clientes.

Oppes explicó que en este país en Google no se pueden buscar palabras como democracia o derechos humanos. Lo mismo ocurre con Cuba, donde en los cibercafés aparece una alerta cuando alguien intenta acceder a un contenido «peligroso» en la que se advierte de que el usuario está intentando atentar contra la seguridad del estado. La página de RSF está considerada por el gobierno de Castro como contraria a la revolución cubana.

Sólo una anotación más: EE.UU., el país de las libertades en el que son posibles los sueños americanos, es quien surte a los gobiernos dictatoriales de las herramientas necesarias para restringir y reprimir en la web a través de las grandes empresas tecnológicas. Toda una ironía, ¿no creen?

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