Hace nueve días saltaba la noticia de que en el Parlamento se había hecho una propuesta con el fin de que se reconociesen los derechos humanos de los primates. En realidad, ese día los responsables del conocido Proyecto Gran Simio exponían ante los diputados en qué se basa su proyecto para que el Parlamento mostrara su adhesión al mismo. Entre otras cosas, en este proyecto se busca equiparar a estos animales de alguna manera a los humanos, alegando que comparten gran parte de nuestra genética. La idea es, como dicen en su misma web, radical pero sencilla: incluir a los antropoides no humanos en una comunidad de iguales, al otorgarles la protección moral y legal de la que, actualmente solo gozan los seres humanos. Piden es que se reconozcan sus derechos “a la vida, a la libertad y a no ser torturados con experimentos”, para ello se basan en la genética y en la comunicación que han establecida con ellos.
Según los estudios y pruebas realizadas sobre los primates desde este proyecto, los primates o “antropoides no humanos” tienen capacidades equiparables a las de los hombres: tienen su propia cultura, la transmiten, conversan entre ellos, tienen imaginación, pensamientos privados, recuerdos autotemporales, capacidad de engañar, consciencia de la muerte, pueden mantener una amistad durante toda una vida, tienen sentido del humor, del tiempo, empatía, autoconciencia, curiosidad...
Según los estudios de esta organización, en el aspecto genético el chimpancé comparte con el hombre el 98,4% de su ADN, el gorila un 97,7% y los orangutanes un 96,4%.
Pero los derechos de los animales no sólo se batallan desde el Proyecto Gran Simio, sino que también hay muchas asociaciones y fundaciones españolas que luchan en general por los derechos de todos los animales, como la Fundación para la Adopción, Apadrinamiento y Defensa de los Animales, en la que tachan a los zoológicos de zoo-no-lógicos y expresan sus ideas acerca de los sentimientos de los animales, cada vez más comprobados a través de pruebas con ellos.
LO QUE HA PROVOCADO
Según los estudios y pruebas realizadas sobre los primates desde este proyecto, los primates o “antropoides no humanos” tienen capacidades equiparables a las de los hombres: tienen su propia cultura, la transmiten, conversan entre ellos, tienen imaginación, pensamientos privados, recuerdos autotemporales, capacidad de engañar, consciencia de la muerte, pueden mantener una amistad durante toda una vida, tienen sentido del humor, del tiempo, empatía, autoconciencia, curiosidad...
Según los estudios de esta organización, en el aspecto genético el chimpancé comparte con el hombre el 98,4% de su ADN, el gorila un 97,7% y los orangutanes un 96,4%.
Pero los derechos de los animales no sólo se batallan desde el Proyecto Gran Simio, sino que también hay muchas asociaciones y fundaciones españolas que luchan en general por los derechos de todos los animales, como la Fundación para la Adopción, Apadrinamiento y Defensa de los Animales, en la que tachan a los zoológicos de zoo-no-lógicos y expresan sus ideas acerca de los sentimientos de los animales, cada vez más comprobados a través de pruebas con ellos.
LO QUE HA PROVOCADO
Obviamente, las reacciones a esta propuesta han resultado de lo más variopinto, La nueva presidenta de la sección española de Amnistía Internacional, Delia Padrón, expresó su sorpresa ante la idea de que se luchen por “los derechos de los animales cuando todavía no se respetan los de las personas”. En boca de la iglesia, el arzobispo de Pamplona y Tudela, Fernando Sebastián, este asunto es “de risa” y “no se puede hacer el ridículo para hacerse el 'progre'" pidiendo estos derechos para los monos que se niegan para el embrión o el no nacido.
Las escasas informaciones de los medios:
2 comentarios:
Es que a mí me parece de vergüenza que se estén tratando estos temas en el parlamento. ¿Qué pasa con el paro, la vivienda o el empleo digno? Son más relevantes
Bueno, yo soy de la opinión de que hay que tratar todos los temas. La vivienda, el empleo, la seguridad, la igualdad...todo es importante, pero no podemos olvidar que no estamos solos en el planeta. El día de la Santa Faz vi en el recinto de puestos y atracciones que montan un carrusel de ponis vivos. Iban dando vueltas sujetos por hierros al hocico, cabizbajos. En el centro un altavoz con maquineta a toda pastilla. A veces los animales parecemos nosotros. Deberíamos también luchar por unos seres que no pueden defenderse ellos mismos porque los hemos sometido ¿no? Bueno, esa es mi opinión, claro.
:)
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